
Al oirlo en la tele se me han puesto los pelos de punta. Este señor fue el padrino de la colección fin de carrera de mi promoción, y tuve la oportunidad de hablar con él, explicarle mi colección y enseñarle los looks.
Siempre me acordaré de ese momento en que me pidió ver el tejido de uno de mis vestidos, que pinté a mano con pigmentos y tinta china. Le dije que tuviese cuidado, porque manchaba y olía fatal por culpa de los pigmentos. En cuanto lo saqué de la bolsa se lo rebozó por la cara y me dijo que le encantaba.
Adiós Jesus, dale recuerdos a Dior de mi parte.